Cuando las células grasas se desorganizan, no
pueden realizar sus funciones normales, se inflaman y producen la piel de
naranja. Muchas teorías y estudios apuntan a que la aparición de la celulitis
está altamente relacionada con toxinas generadas por la mala alimentación. Se sabe
además, que hay gran incidencia en personas con problemas de circulación y
estreñimiento.
Ciertas
etapas de la vida, como la pubertad o el embarazo y el uso de anticonceptivos
suponen un exceso de estrógenos que suele pasar factura celulítica. La
sobredosis vuelve frágiles y porosos los vasos sanguíneos y con ello estimula
la acumulación de líquidos y toxinas en los tejidos. Los problemas digestivos
son juez y parte, ya que reducen la oxigenación de las células y la sangre se
satura de materiales de desecho difíciles de expulsar y que acaban por
asentarse en zonas críticas del cuerpo.
También contribuyen a su desarrollo
la respiración insuficiente, el estreñimiento, los problemas hepáticos y una
circulación defectuosa, porque la celulitis se instala con más facilidad sobre
tejidos poco irrigados.
Nuestro estilo de vida acapara
muchas papeletas en esta rifa. Frente a una dieta abierta a todos los
nutrientes básicos en su justa medida, la mala alimentación se impone y con
ella la celulitis.
¡Ojo con la ropa ajustada! Opta por prendas
amplias y de tejidos naturales que dejen a la piel transpirar. Si tu trabajo le
obliga a permanecer mucho tiempo sentado o de pie, procure contrarrestar sus
efectos.
El tabaco es candidato
de lujo para caer en sus garras. El humo deteriora la microcirculación, que a
través de los capilares lleva nutrientes y oxígeno a las células.
El estrés puede ser determinante en
la propagación del proceso porque la ansiedad y los nervios incrementan la
producción de hormonas y por tanto la fragilidad capilar y el acopio de toxinas
en los tejidos. La peor medida anticelulítica es convertir la cena en la comida
más importante y fuerte del día.
CONSEJOS:
-
Debes tomar comidas ricas en fibra como las legumbres (vegetales), frutas y verduras
porque combaten el estreñimiento.
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Come más a menudo alcachofas y remolacha, ya que refuerzan el hígado.
Por:
LCDO.LUIS
MELGUIZO/ NUTRICIONISTA FISICO